48 Echó de ella toda impureza, estableció en ella hombres
observantes de la Ley, la fortificó y se construyó en ella para
sí una
residencia.
49 Los de la Ciudadela de Jerusalén se veían imposibilitados de entrar
y salir por la región, de comprar y de vender. Sufrían grave
escasez y
bastantes de ellos habían perecido de hambre.
50 Clamaron a Simón que hiciera con ellos la paz y Simón se lo
concedió. Les echó de allí y purificó de inmundicias la Ciudadela.